Fecha de publicación: May 31, 2023


Manuela Vivas
Natalia Rodríguez
Laura Burbano
Isabella Aroca
Fecha de publicación: May 3, 2023


Margarita Castillo Cáceres

El complejo del salvador blanco: Entre la realidad y el cine.

El complejo del salvador blanco: entre la realidad y el cine*

White savior complex: between reality and cinema

Margarita Castillo Cáceres** 

 

Recibido: 29/09/2023
Aprobado: 31/03/2023

 

El concepto y las ideologías de raza en Estados Unidos han estado presentes desde la construcción de la nación, consolidándolas a través de relaciones que refuerzan el ideal de superioridad de raza. Sin duda, a lo largo del desarrollo del racismo en Estados Unidos, también han surgido personajes y grupos que –desde su privilegio blanco– pretenden defender a los afroamericanos de las excesivas manifestaciones de violencia en su contra basadas en su color de piel. Sin embargo, muchas veces esta intención de ayudar especialmente a colectivos reconocidos como racialmente diferentes, termina convirtiéndose para los blancos en una mentalidad consciente o inconsciente denominada “complejo de salvador blanco”, la idea de que la ayuda de aquellos que gozan de privilegio blanco hacia estas comunidades es más por beneficio propio que el de estos grupos desfavorecidos. Este concepto se ha materializado en escenarios como el entretenimiento, los medios de comunicación, la ayuda humanitaria, la educación, la política, entre otros. El propósito de este ensayo es analizar cómo esta narrativa que inicialmente opera como un complejo psicológico, ha llegado a plataformas como el cine –observado en este trabajo específicamente a través de la película Green Book (2018)–, y desde allí ha promovido discursos acerca de la realidad compleja del racismo en Estados Unidos, contribuyendo al apaciguamiento de la necesidad crucial de cambios estructurales contra la discriminación racial.

En primer lugar, resulta conveniente referirse a Mercedes Reed (2018) para esclarecer el concepto de “complejo de salvador blanco”, el cual se ha manifestado en diferentes formas a lo largo de la historia. Por medio de dinero o tiempo, los blancos han promovido prácticas con el fin de servir a las comunidades marginalizadas para equilibrar las injusticias cometidas contra ellos, que, pese a surgir de buenas intenciones, no logran ir al fondo de la razón por la que existe la necesidad de reequilibrio. Por lo tanto, este tipo de acciones en busca de reparar los daños del racismo, terminan perpetuando directa e indirectamente las narrativas de privilegio blanco, dejando a los afroamericanos en la misma posición de vulnerabilidad y “necesidad” de que un personaje blanco llegue a proveerles aquello que estos no tienen, salvándolos de la situación en la que se encuentran.

Es necesario aclarar el componente estructural del que proviene este concepto, pues el complejo de salvador blanco no tiene que ver intrínsecamente con una falla del individuo, sino con la manera en que la historia y la sociedad actual moldean nuestra visión del mundo. El privilegio blanco es sin duda una concepción difícil de entender de manera exhaustiva y requiere de un esfuerzo comprender cómo sus rasgos penetran todos los elementos de la vida de una persona blanca (Reed, 2018). 

Ahora bien, desde una aproximación psicológica, Jamie Willer (2019) ubica la mentalidad de salvador blanco como el nivel individual, las narrativas de salvador blanco como el nivel cultural, y el complejo de salvador blanco como el nivel institucional y sistémico. De esta manera, los códigos simbólicos a nivel institucional, sistémico y cultural influencian y son materializados a través del nivel individual mediante las mentalidades –la forma en que pensamos sobre nosotros y los que nos rodean–. Estas mentalidades son tanto inconscientes como conscientes y moldean el desarrollo de nuestra identidad racial. Así, se describe la mentalidad de salvador blanco como una “creencia impulsada por el deseo de sentirse bien haciendo algo por un “otro”, de forma que gira en torno a una experiencia emocional y el deseo de recibir una recompensa emocional por hacer el bien” (Willer, 2019, p.19). Esto está directamente relacionado con la forma en que una persona blanca entiende su identidad, sus roles y responsabilidades en la sociedad. 

Jordan Flaherty (2016) realiza un análisis aplicado de la forma en que esta mentalidad de salvador blanco opera en la cotidianidad de un individuo blanco, argumentando que el prototipo de salvador consiste en una persona criada en un ambiente de privilegios y enseñada –implícita o explícitamente– a considerarse alguien que tiene tanto respuestas y habilidades necesarias para rescatar a otros. Así, la mentalidad de salvador “implica que desea ayudar al otro, pero no está abierto a la guía de aquellos a quienes quiere ayudar, por lo que los salvadores creen que son mejores que las personas a las que están rescatando” (Flaherty, 2016, p.17). Pese a que los salvadores quieren apoyar la lucha de comunidades diferentes a la propia, consideran que deben permanecer a cargo, liderando, pero no obedeciendo. Incluso, cuando aquellos que han decidido rescatar manifiestan que sus intervenciones no son de ayuda, creen que estas comunidades están equivocadas y toman esto como evidencia de que necesitan más ayuda. De este modo, esta mentalidad tiende a juzgar las personas de color como incapaces de ayudarse a sí mismas y buscar un cambio, en razón de lo cual necesitan la ayuda de una persona blanca para encontrar exitosamente el progreso a través del gran intelecto de su salvador. 

A propósito del lugar que se le ha dado al privilegio blanco en el marco del cine, resulta oportuno resaltar cómo el atractivo generalizado de la industria del cine usa el significado de la raza en Estados Unidos como una temática llamativa para el público, y, por ende, dispuesta a ser aprovechada para el lucro y la popularidad del cine. Además, la popularidad de las películas como fuente de entretenimiento y expresión cultural supone que este medio llega más lejos que otras formas discursivas, siendo un instrumento mediante el que “los grupos raciales forman imágenes de sí mismos y de los demás principalmente a través de los medios públicos, convirtiéndose en prácticas, discursos y acciones más allá de retóricas visuales" (Blumer, 1958, p.3). De esta manera, como se refiere Matthew W. Hughey (2010), las representaciones raciales en el cine son mutuamente constitutivas con las audiencias racializadas, considerando que estas últimas dan un significado activo a las películas producidas para mostrar lo que las audiencias desean y creen relevante. 

El racismo en Hollywood es visto como una costumbre históricamente arraigada en esta industria, pese a que es evidente que la manifestación del racismo explícito en contenido, forma e intensidad ha cambiado respecto al siglo anterior. De acuerdo a Hughey (2010), las películas contemporáneas de Hollywood operan como instrumentos que establecen un contexto en el que la blancura –victimizada o valorizada– es superior y normativa. Por lo cual, el racismo ha pasado de ser expresado abiertamente a ser exteriorizado a través de elementos sutiles y hegemónicos. De esta manera, aunque Hollywood introduzca personajes reconocidos como pertenecientes a otra raza y pretenda tener reconocimiento por su inclusividad, termina perpetuando una idea intrínseca al colonialismo en la que los afroamericanos necesitan de un blanco que los libere de su situación, finalmente reproduciendo el complejo de salvador blanco a través de sus películas. Muchas de estas obras cinematográficas basadas en historias de afroamericanos rescatados por personajes blancos –Freedom Writers (2007), The Blind Side (2009), The Help (2011), Green Book (2018)– terminan contando la narrativa a través del salvador blanco, mientras los personajes afroamericanos quedan como secundarios y complementarios a la historia, normalizando así las mismas ideas de otredad e intrascendencia del afroamericano en las que se fundamenta el racismo desde sus inicios. 

Como evidencia de la influencia del complejo de salvador blanco en Hollywood, he escogido la película Green Book (2018), que tuvo una acogida tan grande al punto de ganar como mejor película en los Premios Oscar 2019. En primer lugar, su nombre hace referencia al libro “The Negro Motorist Green Book” de Victor Hugo Green (1936), una guía de los lugares donde aceptaban a los afroamericanos durante la era de las leyes Jim Crow. Este libro era usado en secreto entre la comunidad afroamericana y fue publicado para facilitar a los afroamericanos el encuentro de alojamientos, negocios y estaciones de gasolina que los aceptaran durante su movimiento en el país (Nadeau, 2019). En realidad, la temática de la película dista de hacer alusión al libro de su nombre, pues Green Book es inspirada en la historia real de un gran pianista y compositor afroamericano, Don Shirley, y su tour por el sur de Estados Unidos a inicios de los años 60. Sin embargo, el protagonista de la película es Tony Vallelonga, un guardaespaldas italiano-americano que termina accediendo a trabajar para Don como su conductor durante el tour, asegurándose de que llegue a sus conciertos protegido de los racistas violentos, presentados como opuestos completamente al racismo más informal de Tony. Debido a sus diferencias de gustos y modos de vida –el intelecto y la cortesía de Don, frente a la dicción y la brusquedad de Tony–, sin dejar atrás sus colores de piel, los dos personajes chocan inicialmente y su relación mejora a lo largo de sus experiencias juntos; donde Don aprende de Tony a destensar sus formalidades, y Tony se da cuenta de todas las situaciones que el pianista debe afrentar por ser negro. Finalmente, los dos acaban celebrando navidad como amigos y Tony reprende a sus familiares por usar un insulto racial contra Don.

Esta película muestra claramente cómo un personaje blanco presentado como racista termina aceptando las realidades del racismo violento en Estados Unidos con la ayuda de un hombre negro que le enseña sobre la dignidad y la paciencia. Como es el caso de otras películas sobre salvadores blancos, Green Book introduce un personaje negro que comparte su gran sabiduría con un blanco para ayudarle a cambiar su carácter. Evidentemente, el estereotipo de un personaje negro sabio que ayuda a cambiarle la mentalidad a un blanco, les quita la agencia a los individuos negros, mientras pretende contar la historia de un afroamericano –en los años 60– a través del protagonismo de un personaje blanco racista. El personaje de Don Shirley también es un intento de hacer que ser negro sea más adecuado para la audiencia blanca, describiéndolo como lejano a la comunidad afroamericana y más cercano a las costumbres y audiencias blancas en sus conciertos y en su vida “económicamente privilegiada”. Así, aunque Tony explícitamente hace comentarios racistas sobre Don, es presentado como un racista inofensivo que termina siendo el puente que une a Shirley con su “verdadera cultura”, mientras lo protege de la violencia física, de procesos judiciales e incluso de ser robado, al punto en que Don es advertido de no salir en el sur sin Tony porque necesita ser defendido. De esta manera, además de ser una película racista, termina reproduciendo el complejo de salvador blanco al exponer un final de cuento de hadas que deja la sensación de que ese tipo de situaciones sucedían solamente en esa época y ahora todo ha mejorado, pues los blancos finalmente equilibraron la historia del colonialismo y la esclavitud (Nadeau, 2019).

Por otro lado, pese a que la publicidad que reclama que esta película alude una historia real, es ambigua la forma en que se muestran los detalles. Pese a que los dos personajes de esta historia fallecieron en el 2013, posteriormente Shadow and Act (2018) publicó una entrevista con la familia de Don Shirley en la que afirmaba que el equipo creativo de la película los había dejado por fuera de todo el proceso y lo que se mostraba era “una sinfonía de mentiras”, entre las que se encuentra la representación de Don como aislado tanto de la comunidad afroamericana como de su familia; su hermano afirmaba “No había un mes en el que no tuviera una conversación por el teléfono con Don (…), la relación entre ellos dos era de empleador-empleado. Don lo despidió, Tony no abría la puerta ni cargaba sus maletas” (Shadow and Act, 2018). Aunque probablemente sea común que Hollywood modifique las historias reales para añadir un efecto dramático, las alteraciones a la realidad solo muestran una voluntad de romantizar innecesariamente una relación para acomodarla a la narrativa de salvador blanco. Además, la película no llega a desaprobar el racismo de Tony, que, aunque es mostrado como “inofensivo”, transcurre a lo largo de toda la historia y sólo es resaltado en una línea en que Don afirma que Tony tiene una apreciación muy cerrada de él, pero su acusación se pierde al introducir un nuevo tema de conversación.

Ahora bien, el hecho de que Green Book ganara el Oscar a mejor película en el 2019 resulta bastante polémico en vista de previas campañas como OscarsSoWhite, que buscaban que Hollywood reconsiderara la forma en que cuenta las historias de personas negras y reconociera los artistas negros de la mejor manera, dando mayor visibilidad a sus voces. Viggo Mortensen –que interpreta a Tony, el personaje secundario–, recibió una nominación a mejor actor, y Mahershala Ali –que interpreta a Don Shirley, el pianista– obtuvo el premio en la categoría de actor de reparto. Igualmente, la presencia en la aceptación del premio fue de sus productores blancos, liderados por el hijo de Tony Vallelonga, quien escribió la película. Así, resulta evidente que este tipo de plataformas todavía no entienden el significado de la raza en un país como Estados Unidos, promoviendo películas que crean sensaciones de que todo está bien y el racismo solo está en aquellos que son violentos y usan palabras ofensivas contra los afroamericanos, por lo que no fomentan ninguna lección necesaria sobre cómo las audiencias pueden estar perpetuando el racismo o ignorando sus formas sutiles de operar en la sociedad (Harker, 2019).  

A modo de conclusión, el complejo de Salvador Blanco tiene sus raíces en siglos de injusticias, en los que el privilegio, la socialización y el desarrollo de la identidad se han construido a partir de ideas de superioridad de los grupos blancos sobre sí mismos. Sin embargo, el problema aquí presentado va más allá de cómo se entiende la raza. Este análisis pretende conectar desde un complejo psicológico con la discriminación racial contra los afroamericanos, que, pese a los cambios más y menos superficiales que ha atravesado a lo largo de una variedad de luchas, ha evolucionado hasta la actualidad, incluso a través de uno de los medios con más influencia en el mundo actual: el cine. 

Pese a la persistencia del complejo del salvador blanco en sistemas de supremacía blanca, los movimientos liderados por afroamericanos están desafiando estas narrativas y exigiendo que se respete la agencia de estas comunidades para desmantelar toda una estructura de opresión. Esto presenta un desafío para la mentalidad salvadora blanca porque se resiste a la idea de que estos grupos son incapaces de salvarse a sí mismos (Willer, 2019). De esta manera, es claro que el complejo de salvador blanco no puede ser eliminado solamente por el esfuerzo de individuos blancos; con mayor razón, este trabajo debe ser realizado en comunidad con los grupos afroamericanos que son más directamente afectados por este tipo de discursos. 

Respecto a Green Book, es evidente que los productores lograron hacer una película popular y comercialmente exitosa, pero en el proceso distorsionaron la vida de uno de los dos personajes principales, perdiendo la oportunidad y el propósito de visibilizar una historia muy particular sobre un prodigio afroamericano que solo se libraba de la atención a su color de piel mientras estaba en un escenario tocando el piano.

Sin duda, Hollywood todavía puede dar mayor visibilidad a comunidades comúnmente marginalizadas, enfocándose en la raíz de un problema sistémico en lugar de perpetuar las mismas estructuras de poder blanco tan presentes actualmente en Estados Unidos. De igual forma, la responsabilidad recae también en los espectadores, aquellos para los cuales Hollywood crea su contenido. Si queremos narraciones precisas y acertadas, debemos estar dispuestos a escuchar a aquellos que han vivido las experiencias de primera mano y así fortalecer las voces que otros han buscado minimizar.

Referencias

Blumer, H. (1958). Race Prejudice as a Sense of Group Position. Pacific Sociological Review, 1, 3–7

Burke, J., Hayes, B., Farrelly, P., Vallelonga, N. y Wessler, C. (productores) y Farrelly, P. (director). (2018). Green Book [cinta cinematográfica]. EU.: DreamWorks Pictures.

Flaherty, J. (2016). No More Heroes: Grassroots Challenges to the Savior Mentality. Edinburgo, Reino Unido: AK Press

Green, V. (1936). The Negro Motorist Green Book. Nueva York, Estados Unidos: Victor H. Green

Harker, J. (2019). Green Book’s Oscar shows Hollywood still doesn’t get race. The Guardian. Recuperado de https://www.theguardian.com/commentisfree/2019/feb/25/green-book-oscar-hollywood-race-best-picture-academy-racism

Hughey, M. (2010). The White Savior Film and Reviewers’ Reception. Symbolic Interaction, 33(3), 475–49

Nadeau, D. (2019). ‘Green Book’ and the trope of the white savior complex. Daily Sundial. Recuperado de https://sundial.csun.edu/144115/opinions/green-book-and-the-trope-of-the-white-savior-complex/

Reed, M. (2018). Unpacking the White Savior Complex: How Identity and Socialization Impact Youth Development Work. Universidad de San Francisco. Recuperado de https://cpb-us-w2.wpmucdn.com/usfblogs.usfca.edu/dist/9/244/files/2016/05/reedmercedes_6172895_64622740_MR-Final-Capstone-Report-pslx7t.pdf

Shadow and Act (2018). How 'Green Book' And the Hollywood Machine Swallowed Donald Shirley Whole. Shadow and Act. Recuperado de https://shadowandact.com/colman-domingo-on-the-beautiful-blackness-of-beale-street

Willer, J. (2019). Working through the Smog: How White Individuals Develop Critical Consciousness of White Saviorism. Merrimack College. Community Engagement Student Work, 29, 1-55. Recuperado de https://scholarworks.merrimack.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1028&context=soe_student_ce

 

* Ensayo de reflexión

** Estudiante de Relaciones Internacionales. Pontificia Universidad Javeriana.